
Comienza un nuevo año y con él, un mundo de oportunidades se abre ante nosotros. El momento es propicio para reflexionar internamente sobre , nuestro discípulado y experiencias pasadas, situaciones presentes y el porvenir. Para aprender del pasado, disfrutar el presente y construir un futuro mejor.
Si nos detenemos por un momento y hacemos una pausa para mirar hacia atrás, podremos darnos cuenta que nos encontramos exactamente donde nos han traído nuestras decisiones pasadas. El discípulo seminarista, construye su futuro día a día mediante sus pensamientos, palabras y acciones, y estas a su vez van moldeando el presente.
Hagamos un alto y pidámosle en la oración a Dios nuestro Padre ,que nos revele su voluntad en nuestras vidas en este inicio de año para que nuestra vida sea un continuo "Sí" al Señor que nos llama a entregarle permanentemente nuestro ser en el servicio a los hermanos.
Hermanos seminaristas, edifiquémonos mutuamente y día con día crezcamos cada vez más en la amistad con Cristo, el Señor que ha puesto en nosotros sus ojos y nos ha llamado a compartir su misión en el sacerdocio ministerial.
Este año que comienza es un regalo de Dios para poner en práctica el ejemplo de María Santísima y su "Sí" permanente y siempre renovado al proyecto que Dios tenía en su vida. Ella al sostener cada día su "Sí" con actitudes y acciones coherentes a su fe llegó a ser la Madre de Dios. De esto se trata la virtud de la perserverancia, en renovar CADA DÍA un "Sí" sostenido por nuestra fe.
¡Feliz año nuevo 2009!